miércoles, 23 de febrero de 2011

Farsante

Llevo en la frente el tatuaje de farsante y con ella consigo resistir, poder falsamente reír, mi segunda piel con un tatuaje permanente, decir -Que falso es vivir sin una mascara de blanca faz-. Está sucio, usada y bien elaborada, es una pintura de mi piel quemada, ardiente y aún con llamas; es una segunda piel como piel doliente, de pasión, de cohesión conducida a la locura, de pensamientos incompletos.
Llevo conmigo agua cristalina, sin espejos complejos, que se agita cuando mueves su reposo, pierdes la visión en ondas de infinita ondulación, agua salada y cristalina tomada de las lluvias lagrimales con las que se pintó mi piel en un pasado, lágrimas sin vivir, nunca vivieron para recorrer mi rostro, sólo para pintarla, quemaron al pasar, dolió cuando pasó, cayeron con la lluvia; cuando hubo tiempo de sequía, era un pensamiento el cielo de esas mañanas cuando despertaba sin pensar, hoy, es un sueño las nubes tormentosas que el cielo de esas noches dormían pensando; hubo en ese recorrido, una mirada que no alcanzaba a ver la amargura sobre la mesa donde se servía la vida, mirada que se perdió cuando con la mano, su brazo estirado, y el dedo anular, su punta tiró el plato y una extraña sensación llena de realidad le quemó el rostro  tatuando su incondicional fuerza, entonces sabe que no ha parado de crecer, aunque no quiera, y el espejo es un pésimo abogado... Está bien, no ha quedado cicatriz sobre la piel, sólo en mis ojos hay un recuerdo de haber perdido la ceguera que era de ser un creativo en cuanto ha soñar se refiera y ahora recordar que no importa cuantas veces sueñes, el mundo es mundo, aquí y en sueños, y el sueño es sueño, sólo en sueños.
Empieza a llover pensamientos como antes de una sequía, de la piel mientras llueva crecerán sentimiento a flor, anochecerá y seguirá lloviendo a pesar de las tormentosas nubes, la lluvia será dolorosa como lágrimas y sus espejos serán siempre agitados; amanecerá y seguirá oscuro a pesar de las estrellas, las nubes no se moverán hasta que se desgasten los sueños y regrese la sequía que me conducirá a la locura, me secaré de pasión y todo lo esconderé tras mi frente donde llevó el tatuaje de farsante...

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