martes, 22 de mayo de 2012

Antropología utópica: soñados y soñadores

Montaba una excursión a las montañas, era tan blanca y fría a la distancia aquel fenómeno que el frío era tan cálido, era un sonrisa por la belleza natural.
...
-Maldito despertador- normalmente no quiere despertarse de un sueño, simplemente era la primera vez que pensaba en escalar, sobretodo porque jamás lo había hecho, por eso, es de esos sueños que no tienen ningún sentido real.


Para él era un día como cualquier otro se despertó, se bañó, se vistió, se salió de casa, -¡Oh! ¡vaya! dulce monotonía, tan práctica y simple- en realidad odiaba la monotonía, pero era eso o una vida llena de problemas que sólo le causarían la curiosidad de haber sido simplemente uno más de la rutina.
-¡Claro!- Él era cómo cualquier otro personaje común y corriente, iba a una escuela, tenía unos amigos, otros conocidos, enemigos, y -¡Por supuesto!- un amor, -¡oh! Por supuesto era de esos amores no correspondidos- poco importaba, podía decirse que la costumbre es un amiga disfrazada de terribles trivialidades, era un amor un poco extraño el que él sentía normalmente uno se esfuerza por conquistar por fortalecer los lazos, él no quería, discrepo, esta bien así, no lo arruinaré -En realidad ya era visible lo que él pensaba para sí, él no tiene lo que ella busca para que lo quiera, importaba mucho, pero aún esconde muchas heridas y cicatrices sólo poniendo una mueca indiferente-. 
Que día tan aburrido, no será diferente, pero la magia de la música puede cambiarlo todo, porque es más fácil soñar despierto cuando uno se queda quieto en un lugar, no se necesita más -¡mentira! era vil mentira, en realidad había tanta soledad en un corazón que al principio abierto se volvió en una barrera impenetrable hecho de miradas frías y sonrisas fingidas- salvo una cosa, sólo otro hecho podía causar un trémulo interno, esos que entran en 10 puntos en la escala de Richter. 
Era ella, la confusión de este pequeño hombrecillo que recibió algo que no quería perder jamás, tan apacible, tan amante, tan amiga; él nunca había sido alguien apático, vivía de pensamientos en pensamientos, ni siquiera él sabe cómo llego a un nivel superior de estudios, se acostumbro a pasar inadvertido entre las masas siendo diferente, tenía un verdadero talento para que los demás olvidarán quién era él. Pero ella, -¡Genial! Se ha perdido mucha habilidad escribiendo, intentar escribir sin caer en el aburrimiento o en el sin sentido es fácil, se pierde esta habilidad con gran velocidad- Se había declarado en él una amiga sincera, él era su amigo sincero, pero poco a poco se sentía más atrapado a ella que a cualquier otra persona, con ella la música se vuelve tediosa y aburrida, preferiría escucharla a ella.
Un día tan glorioso para una persona sencilla, como él, era escuchar música todo el día, comprender lo que hablaban los profesores y que el día pasase tan rápido como una liebre; pero nunca había imaginado, mucho menos esperado, tanta felicidad, tanta felicidad, tanta felicidad que causaría estar todo un día con su mejor amiga, la vida siempre tan complicada podía satisfacer a una persona con este fenómeno, simple -¡Ahahaha! En serio, que alegría, creía que estaba bien, creía que vivir-morir, era simple, ya sabia que era un gran cobarde, pero mejor a nada- en ese simple hecho, él le confeso algo importante a ella en un abrazo que seguro recordará el resto de su vida y será crucial en muchos comportamientos.
-Es que jamás me había sentido tan inmensamente feliz, tan feliz que me da pena, que no lo merezco, me haces muy feliz, soy feliz, así contigo podría sonreír toda la vida, tan así que tengo ganas de llorar, simplemente lo has hecho, eres tú, quien me hace tan feliz, nunca me había sentido así. Antes era satisfactorio encerrarme en mí, simple, no hacia ni me hacían daño, el simple juego de la vida  y del amor, nunca me había sentido así con nadie más, eres tú quien me causa tanta felicidad, creía que estaba bien como estaba, no, era mentira, tú eres con quiero estar toda mi vida...-


¿Por qué será que hay personas que no construyen sueños, no saben, que están hechas para haber existido y después desparecer, que cambiar ese fatídico destino sólo causa destrucción y heridas tan profundas?¿Por qué hay personas causantes de la felicidad eterna, que alimentan al sol de calor, que tocan la inmortalidad en personas a su alrededor, tan increíbles, a pesar de ser humanas, tienen aires de intangible divinidad?
Lo desconoce, pero a quién le toque escoger, ¡que suerte tiene!.
Ahora que se describe la felicidad, con mal de condición, sólo queda agradecer y cuidar a esa tan dulce amiga que dejo entrar a su corazón noble y real a este plebeyo mestizo y tanto enfermo de la cabeza.

domingo, 6 de mayo de 2012

¡Contagios!

Ese abrumador contagio, cuando tienes el cuerpo cortado desde adentro, es irremediable lo que ahora pasa, siempre lo ha sido. y es que, lo que paso, ya lo veíamos venir. 
De cierta manera era inevitable, yo por mi forma de ser, austera y deprimida, ella abierta y decidida, un orgullo de querer conocerme desde lo más profundo de mi corazón se le hizo valiente, fácil y para mí, peligroso, yo, alguien quien se encargo de no mostrar lo que realmente sentía, esa era mi promesa: por favor, no quería salir con el corazón por delante. 
Fue lo destinado desde que la conocí, que esa promesa interna no se cumpliera; y desde hace tiempo hasta hace tiempo eramos amigos tan ella y yo, tan los dos que nos conjugábamos en una palabra, me conocía y me esforzaba por no equivocarme al conocerla, entonces de la noche a la noche después, de poco a mucho, yendo lento pero segura abrió paso primero con las manos, los abrazos se hicieron más seguros y cálidos; después con un desplazamiento inocuo abrió a la mitad mi esternón; por supuesto, tenía miedo estaba apunto de tocar lo intangible y sólo ver lo que ningún otro ser había visto de mí, con miedo a que habría llegado tan lejos sólo aleje mis manos protectoras de mi pecho desnudo; no metió sus manos, por sí sólo, mi respiración se paralizo una noche antes como sabiendo lo que pasaría, había una pequeña caja de madera inexpugnable hasta ella, y ella como una medida de tiempo, sólo para mí era ella eterna, con comisuras valientes que alzaron vuelo a cada lado de sus labios para mostrarme que era humano, que no tenía por qué morir solo, que ella había conquistado mi valentía, mi razón, mi conciencia.
El alma callada sólo la observaba escondido, tímido detrás de una mirada sostenida hacia su piel recorriendo con ella su mejilla, sus cabellos, sus labios, sus ojos, su cuello, cerré los ojos, me detuve era indeciso, soy indeciso.
Me había contagiado de mortalidad, y su principal causa fue dejarla entrar en mi intimidad, era ella mi albedrío que antes no era libre, era su sombra, una sombra que amaba, amada, un sombra que le sonríes, que le demandas, que te escucha, que quiere calor, un sombra que creía estar hecha de luz. ¿Sabíamos que era impostergable? Ese remordimiento que te da cuando sabes que no te arrepientes de lo haces, de lo que no detienes, sabía hacia donde iba la algarabía en mi interior que se unificaría en una sola voz: ¡Ella!, ¿Ella?, Ella. Ella... Ella: "Ella".
Si el corazón ha tenido varias analogías y entre ellas es la de un hogar, el mío no sirve para guardar acomodos, quizá y hasta es un lugar con pocas posibilidades de construcción, pero aún siendo mar, con ella a lado, era calma, y un cielo despejado, y era posible ser un paisaje, aún con vientos y lluvias era un paisaje hermoso, ella lo hacia un paisaje hermoso, ella es hermosa.
Mientras de ella sólo ahora puedo decir que me gustaba observar sus actitudes, sus emociones, su perseverancias, mi fascinación era ella.
Soy desde siempre un ser extraño, que cela, que pierde, que no sabe mantener, que deprime, que se deprime, que llora cuando la rabia no aguanta más y se desborda, que se traga su llanto, no por machismo, sino, porque cada vez que llora el corazón duele un poco más, que la calma sólo había sabido de ella en los libros, hasta ella; que se está quedando sordo, que se está quedando mudo, que se está quedando ciego. limitado por mi ansiedad y porque con ella no podía guardar secretos, y terminé diciendo lo que mi corazón escalando mi garganta quiso decir lo que te estaba guardando.

Y ahora somos como dos extraños que se conocen demasiado bien, que ahora sólo procuro y espero siempre procurar que llegues bien a casa, porque eso es lo que ahora soy, porque era también como todo inevitable; una vez le conté mi miedo, no era la soledad, a eso ya me acostumbre; no era la muerte, esta más bien espero que llegue pronto; era perderle, porque perderle significa perderle el significado a lo bueno que tanto había anhelad. Idiota de mí, sabiendo que no me lo había merecido nunca, aún se me dio la dicha de conocerla, pero como un golpe fatal, también se fue.
Si algún día regresaráse me permito la agonía de no meter mi manos si quiere acomodarse en mi pecho era tuyo de alguna manera, aunque sabemos que nada regresará a ser como eramos. Por lo menos a mí, el miedo me vuelve incruentos descarnados...
No es todo lo que que quiero escribir pero muchas cosas no sé ni cómo pensarlas...