viernes, 20 de julio de 2012

La sombra del Viento (Carlos Ruiz Zafón )


Soy Miquel Moliner, en mi vida siempre fui aquél personaje, que fue sin ser, se fue sin llegar, y por cierto no se despidió; aquel que sólo ve al amor como una llamarada intensa con el mismo miedo instintivo de "no tocar". Soy él, el que arrebato de las manos de su mejor amigo la muerte que se divisaba no muy lejos de éste, el que le enseño la táctica como ajedrez a quien le arrancaría la vida, soy el que sabia como acabaría sin haber visto a los protagonistas, el que cada noche y cada mañana se entregaba a la desidia de los libros fantasiosos para no crucificar la realidad a lado de  la mujer que no le ama, y por cierto que amor no le falta. 
Soy el que viejo y cansado pero no agotado, le dio un último suspiro, no a la persona, si no al espíritu de un joven, su última prorroga escrita de dos a tres versos mal rimados, y que su sonrisa ni vista ni ausente le causa satisfacción a su muerte y desagrado a sus enemigos, el último que ganó perdiendo...

plata brillante como el reflejo

Se viste su brillante armadura, su escudo resplandece con el sol, y su espada tan afilada y ostentosa; con la fuerza de diez hombres se prepara un verdadero caballero jinete de un caballo de armería y gigantesco como presenciable... Soy de él, aquella conciencia oculta tras la oscuridad de sus hombros, por su espalda, que entra como serpiente por su cuello y atraviesa su cuerpo como veneno, soy la malicia, la desdicha, la desgracia, el caos: el miedo, yo recorro a caída como ventisca su cabello protegido por su casco, pues aquel caballero no se enfrentará a otra bestia más mortífera jamás que está, así como él se preparó, su enemigo también, pues cotejará con su reflejo en el espejo más oscuro e implacable. "Pues no hay nada que le tema más un hombre que a sí mismo y lo que pueda hacer"...