lunes, 22 de octubre de 2012

Secretos

Tal vez ni siquiera me corresponde escribir esto:

Confieso que:

Más de una vez he soñado contigo.
Cuando me pediste que me alejará
lloré incluso entre sueños.
Cuando te dije lo que sentía
empezaba a sentir la tormenta que se avecinaba.
Que jamás te perdí la confianza.
Aún en silencio, me encantaba acompañarte
a todos lados.
Cuando nos acercamos de nuevo
volví a ver mi vida color de rosa.
Muchos dramas que hice
 sólo fueron para no aburrirte.
La vez en que te dije
que me hacías muy feliz, 
mentí, me hacías mucho más feliz
de lo que podía expresar.
Cuando peleábamos por nuestra opinión
siempre estuve de tu lado.
Cuando empezaste a decirme
que las peleas eran más constantes,
regrese a mi casa llorando.
Aún te debo una cena.
Cada vez que me decías que mi tacto era extraño
me dolía mucho, mi intención, no era parecerte extraño.
Me decepcione de mi mismo 
haber logrado arrancarme lo que sentía por ti,
aunque pienses que no lo hice, 
fue lo más doloroso 
que he hecho.
Me haces enojar profundamente,
pero no tan profundo como el deseo de estar a tu lado.
Alguna vez te prometí estar a tu lado siempre,
en serio, espero cumplir esa promesa.
Recuerdo que me prometiste, no volverte a ir.
Eres la primera persona que me ha visto llorar en serio.
Y dos veces.
Siempre he sentido que puedes leer mi mente.
Extraño escucharte cantar.
Incluso ahora, no quiero alejarme.
Jamás te odiaré.
Por más veces que me repita que puedo estar sin ti,
regresaré implorando que regreses.
No importa el tiempo o la distancia, 
si me dices que no quieres volver a verme,
si me odias, si realmente no me quieres,
yo siempre estaré esperando por ti.